Navaja AITOR Multiusos Inox. 204.037 “Guiloché”.

La “pieza”, es una navaja antigua, de los años 70, de una marca española, AITOR, que no necesita presentación.

Es una navaja de excelente diseño y muy buena calidad. La marca Aitor, estamos hablando de la de Ermua claro, destacó siempre en esta técnica, en la que fabricó numerosos modelos, como su predecesora Iher (Izaguirre Hermanos), tanto por la calidad de los materiales como por la de los grabados.

Realizada totalmente en acero inoxidable, sus cachas cuentan con un acabado “Guiloché”. Este tipo de acabado hacía que popularmente se conociera a estas navajas como “plateaás”.

Es un diseño “bolsillero”, orientado claramente al cuidado de las uñas o similar, por dos de los tres “utensilios” con los que cuenta.

Paso ya, sin más, a realizar una pequeña reseña con sus características y a acompañarla con algunas fotografías.

Las Especificaciones/características de la navaja son las siguientes:

Longitud total de la navaja abierta: 143 milímetros.

Longitud total de la navaja plegada: 80 milímetros.

Longitud de la hoja: unos 62 milímetros de acero AITOR INOX SPAIN.

Espesor máximo de la hoja: de 2,5 milímetros, disminuyendo progresivamente en el costado derecho de la hoja hacia la punta, para facilitar el plegado del accesorio para limpieza y limado de las uñas, contribuyendo así, a disminuir el grosor de la navaja.

Peso: 55 gramos.

Cierre: Pistón.

Cuenta con orificio para poder pasar una anilla y la correspondiente anilla, para poderla “asegurar” y evitar su pérdida.

Vamos a verla:
Por ambas caras, para apreciar su forma y sus cachas de acero inoxidable pulidas y con los grabados con su acabado “Guiloché”:



Vemos como es casi imposible ver los pasadores de acero, lo que da una idea de la calidad de sus terminaciones.



Vista superior, con sus útiles cerrados, en esta vista, llama la atención la forma de la hoja principal, o mejor dicho, como se ha rebajado su lado derecho, manteniendo recto el izquierdo, para, como ya he comentado, facilitar el plegado del útil para la limpieza y limado de uñas sin incrementar la anchura de la navaja:



Vista inferior, con sus muelles, también perfectamente pulidos y enrasados:



Vista lateral, semiabierta con sus útiles:
Tijera con muelle “recuperador”.
Útil para la limpieza y limado de uñas.
Por uno y otro lado.






Vista más en detalle del “mini o micro” uñero de la tijera, pues está reducido a la mínima expresión, para facilitar su despliegue, ya que la tijera queda completamente “invisible” en el interior de la navaja:

Navaja AITOR Multiusos Inox. 204.037 “Guiloché”.

Para hacernos una idea de su tamaño, la vamos a comparar con la navaja “272” de Aitor, navaja que coincide prácticamente en dimensiones con los conocidos modelos pequeños “estándar”, de 84 milímetros, de Victorinox.



Vista lateral, con las hojas de ambas abiertas:



Y aquí la vemos posando con su hermana mayor en años y a la vez más pequeña, a ser de un solo uso (hoja), también “Guiloché” de Iher de la que desconozco el modelo:
Cerradas:



Abiertas:



Vista más en detalle del marcaje de ambas en los lados izquierdos de las hojas:



Vista más en detalle del marcaje de la Iher “TOLEDO”, al haber sido destinada para la venta (como recuerdo) en la “Ciudad Imperial” de ese nombre, en el lado izquierdo de la hoja:




“Guiloché”:

No he parado de hablar de cachas con un acabado “Guiloché” que hacía que popularmente se conociera a estas navajas como “plateaás”, pero...

¿Qué es el “guiloché”?

El “Guiloché” es una técnica de grabado decorativo en la que un patrón o diseño repetitivo, intrincado, muy preciso, se graba mecánicamente en un material subyacente.
Específicamente, implica una técnica de giro del motor, utilizando una máquina del mismo nombre, también llamada torno de motor o “rose motor”. Esto mejoró la práctica más lenta de hacer diseños similares a mano y permitió una mayor delicadeza, precisión y cercanía de las líneas, así como una mayor velocidad de grabación.
El termino guiloché también se usa más generalmente para patrones arquitectónicos repetitivos de espirales que se cruzan o se solapan u otras formas, tal como se usaban antiguamente en el Cercano Oriente, la Grecia y la Roma clásicas, la arquitectura neoclásica y la decoración entrelazada en el arte del Medievo Anglosajón, entre otros.
Actualmente, cualquier diseño grabado en metal, impreso o creado de otro modo en superficies como madera o piedra, de un estilo similar, o en líneas con una contorsión continua, o constante, que se entrelazan o parecen entrelazarse, se conoce como guiloché.
Como curiosidad, además de las típicos grabados en metal, principalmente en plata de ley y relojes de bolsillo, plumas de lujo, etc. también se emplea esta técnica impresa en billetes de banco, certificados y papel “especial” para determinados documentos, para proteger los originales de posibles falsificaciones o copias, en este caso, se suelen realizar por medio de ecuaciones paramétricas.
En lo que respecta a nuestra afición, fue un tipo de acabado que se usó para las cachas de navajas pequeñas y cortaplumas en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX y que aún hoy emplean algunas marcas.
Aplicado a las navajas, como la que muestro, consiste en grabar una serie de bandas de dibujos que se repiten a lo largo de la cacha de acero inoxidable, normalmente pulida. Estos dibujos los podríamos calificar de “grecas”, en castellano y también son conocidos en inglés por “engine turned” en referencia a como son grabados.
Lógicamente estas navajas son muy duraderas y sufridas, por el empleo del acero en toda su construcción, aguantando bien la permanencia “in eternis” en los bolsillos y los golpes y los roces de su uso diario, siendo, además, bastante planas ya que no usan separadores o forros de refuerzo al no necesitarlos, aunque, dada su “solidez”, si se usaban múltiples capas por contar con varios utensilios, su peso se hacía notar.

Ya para terminar, quisiera contarles una pequeña historia personal.


Todos los que somos aficionados hemos tenido, en nuestra niñez y adolescencia, una cuchillería en la que “pegábamos” literalmente la frente a su escaparate y nos hacía soñar con “machetes” o “navajas” que llamaban nuestra atención y que constituían, normalmente, sueños inalcanzables…



Pues bien, la mía estaba (y está, aunque ha cambiado de local hace poco, a uno de al lado, situada en la Plaza Mayor de Palencia, en ella compró mi padre el primer cuchillo que yo recuerde compráramos allí, para mi hermano, un Payá, con empuñadura de plástico imitando asta o similar, ya que yo había “heredado” el SEAM, para nuestras primeras salidas al campo y él también quería un cuchillo.

En ella me compró una Aitor “extractora” con las cachas imitando cuerno de búfalo, cuando me iba a incorporar al (Campamento) Ejército de Tierra, que también a él, como cazador y amante del campo que era, le encantaba.

Y en ella, con los años, compré alguna que otra y que otro Aitor más… de hecho, cada vez que voy a Palencia, sigo pasándome por ella y preguntando si ha aparecido “alguna de esas Aitor antiguas”...

El pasado octubre, a comienzos, pasé de nuevo por ella y conversación con el dependiente por medio…

Hablamos de Aitor de “Ermua”, de “Pielcu”, de los de ahora (que no vende), de otras marcas antiguas… de la calidad de antes…

En esta ocasión, no tenían ninguna pieza que realmente me interesara, ya que las Aitor que quedan (que volví a repasar), aunque antiguas, ya que los coleccionistas no paramos, ni paran, son sencillas y/o ya están en la colección, cuando en un momento dado el dueño me dijo:
“Sabe lo que le digo, que hoy no va a comprar ninguna navaja, hoy le voy a dar yo a usted una gratis”, se apartó un instante y se fue a un cajón a buscar una que no me había enseñado, el modelo que estoy presentando.

Le dije que la conocía y que no la tenía, de hecho, sólo tenía hasta ese momento "en guiloché" la Iher que la acompaña en el post, pero que no podía aceptarla gratis y que algo tenía que pagar por ella.

Me volvió a insistir: “Se la voy a regalar, y sabe por qué, porque no sé ni los años que tiene, ni si la vendería o no, de hecho, la tengo guardada, pero lo que es seguro es que usted como coleccionista, de Aitor, sabrá apreciarla y disfrutará de ella”.

Así es, la aprecio y disfruto de ella sólo con verla, limpiarla, manosearla, etc. (seguro que me entendéis)...

Como aprecio el detalle del vendedor, que estoy seguro también la apreciaba y disfrutaba de ella y del que guardaré siempre un gratísimo recuerdo.
Vamos que volveré a pasar por la tienda, a ver navajas y cuchillos... y a saludarle en cuanto pueda

Y espero que también hayan disfrutado todos de ella, al menos en fotografías.

Muchas gracias por llegar hasta el final y un atento saludo a todos.

Félix

Navaja AITOR Multiusos Inox. 204.037 “Guiloché”.

Para hacernos una idea de su tamaño, la vamos a comparar con la navaja “272” de Aitor, navaja que coincide prácticamente en dimensiones con los conocidos modelos pequeños “estándar”, de 84 milímetros, de Victorinox.



Vista lateral, con las hojas de ambas abiertas:



Y aquí la vemos posando con su hermana mayor en años y a la vez más pequeña, a ser de un solo uso (hoja), también “Guiloché” de Iher de la que desconozco el modelo:
Cerradas:



Abiertas:



Vista más en detalle del marcaje de ambas en los lados izquierdos de las hojas:



Vista más en detalle del marcaje de la Iher “TOLEDO”, al haber sido destinada para la venta (como recuerdo) en la “Ciudad Imperial” de ese nombre, en el lado izquierdo de la hoja:




“Guiloché”:

No he parado de hablar de cachas con un acabado “Guiloché” que hacía que popularmente se conociera a estas navajas como “plateaás”, pero...

¿Qué es el “guiloché”?

El “Guiloché” es una técnica de grabado decorativo en la que un patrón o diseño repetitivo, intrincado, muy preciso, se graba mecánicamente en un material subyacente.
Específicamente, implica una técnica de giro del motor, utilizando una máquina del mismo nombre, también llamada torno de motor o “rose motor”. Esto mejoró la práctica más lenta de hacer diseños similares a mano y permitió una mayor delicadeza, precisión y cercanía de las líneas, así como una mayor velocidad de grabación.
El termino guiloché también se usa más generalmente para patrones arquitectónicos repetitivos de espirales que se cruzan o se solapan u otras formas, tal como se usaban antiguamente en el Cercano Oriente, la Grecia y la Roma clásicas, la arquitectura neoclásica y la decoración entrelazada en el arte del Medievo Anglosajón, entre otros.
Actualmente, cualquier diseño grabado en metal, impreso o creado de otro modo en superficies como madera o piedra, de un estilo similar, o en líneas con una contorsión continua, o constante, que se entrelazan o parecen entrelazarse, se conoce como guiloché.
Como curiosidad, además de las típicos grabados en metal, principalmente en plata de ley y relojes de bolsillo, plumas de lujo, etc. también se emplea esta técnica impresa en billetes de banco, certificados y papel “especial” para determinados documentos, para proteger los originales de posibles falsificaciones o copias, en este caso, se suelen realizar por medio de ecuaciones paramétricas.
En lo que respecta a nuestra afición, fue un tipo de acabado que se usó para las cachas de navajas pequeñas y cortaplumas en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX y que aún hoy emplean algunas marcas.
Aplicado a las navajas, como la que muestro, consiste en grabar una serie de bandas de dibujos que se repiten a lo largo de la cacha de acero inoxidable, normalmente pulida. Estos dibujos los podríamos calificar de “grecas”, en castellano y también son conocidos en inglés por “engine turned” en referencia a como son grabados.
Lógicamente estas navajas son muy duraderas y sufridas, por el empleo del acero en toda su construcción, aguantando bien la permanencia “in eternis” en los bolsillos y los golpes y los roces de su uso diario, siendo, además, bastante planas ya que no usan separadores o forros de refuerzo al no necesitarlos, aunque, dada su “solidez”, si se usaban múltiples capas por contar con varios utensilios, su peso se hacía notar.

Ya para terminar, quisiera contarles una pequeña historia personal.


Todos los que somos aficionados hemos tenido, en nuestra niñez y adolescencia, una cuchillería en la que “pegábamos” literalmente la frente a su escaparate y nos hacía soñar con “machetes” o “navajas” que llamaban nuestra atención y que constituían, normalmente, sueños inalcanzables…



Pues bien, la mía estaba (y está, aunque ha cambiado de local hace poco, a uno de al lado, situada en la Plaza Mayor de Palencia, en ella compró mi padre el primer cuchillo que yo recuerde compráramos allí, para mi hermano, un Payá, con empuñadura de plástico imitando asta o similar, ya que yo había “heredado” el SEAM, para nuestras primeras salidas al campo y él también quería un cuchillo.

En ella me compró una Aitor “extractora” con las cachas imitando cuerno de búfalo, cuando me iba a incorporar al (Campamento) Ejército de Tierra, que también a él, como cazador y amante del campo que era, le encantaba.

Y en ella, con los años, compré alguna que otra y que otro Aitor más… de hecho, cada vez que voy a Palencia, sigo pasándome por ella y preguntando si ha aparecido “alguna de esas Aitor antiguas”...

El pasado octubre, a comienzos, pasé de nuevo por ella y conversación con el dependiente por medio…

Hablamos de Aitor de “Ermua”, de “Pielcu”, de los de ahora (que no vende), de otras marcas antiguas… de la calidad de antes…

En esta ocasión, no tenían ninguna pieza que realmente me interesara, ya que las Aitor que quedan (que volví a repasar), aunque antiguas, ya que los coleccionistas no paramos, ni paran, son sencillas y/o ya están en la colección, cuando en un momento dado el dueño me dijo:
“Sabe lo que le digo, que hoy no va a comprar ninguna navaja, hoy le voy a dar yo a usted una gratis”, se apartó un instante y se fue a un cajón a buscar una que no me había enseñado, el modelo que estoy presentando.

Le dije que la conocía y que no la tenía, de hecho, sólo tenía hasta ese momento "en guiloché" la Iher que la acompaña en el post, pero que no podía aceptarla gratis y que algo tenía que pagar por ella.

Me volvió a insistir: “Se la voy a regalar, y sabe por qué, porque no sé ni los años que tiene, ni si la vendería o no, de hecho, la tengo guardada, pero lo que es seguro es que usted como coleccionista, de Aitor, sabrá apreciarla y disfrutará de ella”.

Así es, la aprecio y disfruto de ella sólo con verla, limpiarla, manosearla, etc. (seguro que me entendéis)...

Como aprecio el detalle del vendedor, que estoy seguro también la apreciaba y disfrutaba de ella y del que guardaré siempre un gratísimo recuerdo.
Vamos que volveré a pasar por la tienda, a ver navajas y cuchillos... y a saludarle en cuanto pueda

Y espero que también hayan disfrutado todos de ella, al menos en fotografías.

Muchas gracias por llegar hasta el final y un atento saludo a todos.

Félix

Amigo Félix, me ha encantado no sólo la preciosa guilloché sino también la información y la historia con la atención de la Cuchillería Alonso. Es una pequeña maravilla, muy completa por sus funciones y compacta. Según tengo entendido el nombre de "guilloché" deviene de un ingeniero francés del SXVIII - Jean Pierre Guillot - que fué quien diseñó un dispositivo para facilitar los grabados.
Felicitaciones y un gran abrazo!!

Preciosa navaja, Felix, y todo un detalle del vendedor.

Como anécdota, te puedo decir que las mejores piezas de mi colección (lo que queda de ella), son regalos.

Facón escribió: Querido amigo Juan, maestro:

Me alegra mucho saber que te ha gustado la navaja, la información y la historia.

Muchas gracias también por tus siempre bienvenidos comentarios y por tu aportación con el origen del calificativo "guiloché".

En cuanto a la atención de la cuchilleria, siempre fue buena y lo sigue siendo y, como bien sabes, no hay nada más agradable que una atención personalizada y personal, acompañada de una buena charla con alguien que no sólo vende, sino que también ama y disfruta con los "aceros".

Te adjunto una fotografía en la que se ven sus tres útiles y su tamaño junto a una Victorinox SwissChamp.




Muchas gracias de nuevo y un fuerte abrazo.
Félix

Dai-Katana escribió:
Querido amigo Manuel, maestro:

En primer lugar muchas gracias por estar siempre presente en mis posts y por tus comentarios.

Me alegro mucho que te guste la navaja, este tipo tiene una estética muy característica y te tiene que gustar...

Del detalle del vendedor que te voy a decir que no haya dicho ya en el post, si antes pasaba siempre por la cuchilleria cuando iba a Palencia, ahora lo haré con mayor razón. Y siempre quedará el estupendo recuerdo, no sólo del trato como vendedor y aficionado, también, ya, como amigo.

Me alegra saber eso de que las mejores piezas de tu colección provengan de regalos, dice mucho de ti y de tus buenos amigos, más aún sabiendo, por los posts, de alguna de las piezas que la forman. Enhorabuena por ello y un fuerte abrazo.
Félix

Buenos días amigo Félix y todos:

Una preciosa navaja de "las de antes"
con una bonita historia.

La navajita guarda similitud con la navaja alemana de caballero que os mostré, pero la mía no tiene tijeras.

Sobre el guilloché, hace unas semanas compré por diez euros más portes un espirógrafo de la .marca que lo patentó en 1965, no entiendo cómo pudieron patentarlo pues en la forma actual ya se conocía en el siglo XIX:

Espirógrafo en la Wikipedia.

En este artículo de Wikipedia lo califican absurdamente de juguete: es un instrumento artístico, científico y en último lugar puede ser un juguete.

En la cámara fotográfica tengo fotos de ese espirógrafo para subirlas a Wikipedia, pero os estoy escribiendo desde el teléfono móvil.

Saludos:

David

Brugent escribió:
Querido amigo David:

Muchas gracias por tus comentarios, me alegro que te haya gustado esta navaja de las de antes, efectivamente guarda similitudes con tu "alemana ". Fabricantes alemanes produjeron en su momento magníficos ejemplares de navajas guilochés con la calidad a la que nos tenían acostumbrados. Hoy, lamentablemente, hasta Puma fabrica en China y no con la misma calidad.

En cuanto al espirógrafo, la verdad es que permite el dibujo de figuras geométricas desde simples a muy complejas, siendo algunas de ellas perfectamente utilizables para o como guilochés.

Muchas gracias por tu aportación y un fuerte abrazo.
Félix

Buenas noches Félix y todos:

Si, es una lástima que muchas marcas fabriquen en Asia, pero he de decir que por ejemplo en China te fabrican todas las calidades: todo depende del precio, que por fuerza puede ser menor que en Occidente debido a los salarios más bajos y a la tolerancia medioambiental.

El problema es que muchas empresas occidentales hacen fabricar voluntariamente para ganar aún más, auténtica chatarra, pero eso no es culpa de los chinos, que pueden hacerlo perfecto, sino del precio que quiere pagar la empresa occidental.

No se puede cocinar una paella de marisco por el mismo precio de un arroz hervido con agua y sin sal, ni aceite ni ajo.

Voy a corregir el error: el espirógrafo ya se conocía como ahora en el siglo XIX.

Saludos:

David.

Totalmente de acuerdo contigo querido amigo David.

Un fuerte abrazo.
Félix

Bonita navaja amigo Félix que, como ha dicho algún otro compañero, podríamos llamar "de caballero". Reconozco con vergüenza, que tengo varias guilloché, de Aitor e Iher, pero no sé dónde están con seguridad. Unos modelos de mucha calidad como dejas ver por tus fotos.
Gracias y saludos.

rojocaecae escribió:
Muchas gracias a ti, maestro, por pasarte por el post y por tus amables comentarios.

Me alegro mucho de que te haya gustado, efectivamente, creo que son de mucha calidad y "de caballero".

Ánimo y a ver si nos enseñas las tuyas.

Un fuerte abrazo.
Félix